San Francisco de Asís. Fundación de la Orden.
... (San Francisco) se fué á un sitio, como una milla de Asís, que llaman Porciúncula, en el cual estaba una iglesia de nuestra Señora, muy antigua, desierta y maltratada. Supo que el nombre antiguo de aquella iglesia era Santa María de los ángeles, y entendió que conforme al nombre había allí frecuentes visitaciones angélicas, y por la devocion con los ángeles y con la Reina de los ángeles, nuestra Señora, trabajó mucho para repararla y se determinó hacer allí su asiento... En esta iglesia por revelacion divina dió san Francisco principio á la sagrada órden de los menores...
En esta iglesia se ocupaba el nuevo y santo soldado de dia y de noche en oracion, y con grandes fervor, gemidos y lágrimas suplicaba a la Reina de los ángeles, nuestra Señora, que fuese su abogada y le diese su mano y favor para lo que pretendía hacer... un día oyendo misa de los apóstoles, y en ella aquel Evangelio en que enviando Cristo, nuestro Señor, á predicar á sus discípulos les dijo que no poseyesen oro ni plata, ni dineros en sus bolsas, ni llevasen alforjas en el camino, ni tuviesen dos túnicas, ni zapatos, ni vara; luego el santo, alumbrado con la luz divina, se quitó los zapatos, dejó el báculo, sacudió de sí como cosa detestable el dinero, y contento con una pobre túnica dejó el cinto de cuero que traía, y ciñóse un cordón, y comenzó a hacer una vida apostólica, y tomando las palabras que había oido del Evangelio para sí, como si un ángel se las hubiera traido del cielo.
... algunos se animaron á dejar todas las cosas de la tierra y seguirle en el hábito y modo de vivir. Entre los cuales el primogénito hijo que engendró en Cristo fue Bernardo de Quintaval, varón perfectísimo, á quien y á Pedro Catanio, canónigo de Asís, dió, San Francisco el hábito á 16 de agosto del año de 1209... Después fueron llegando otros compañeros hasta el número de doce, para representar el colegio de los sagrados apóstoles, que se repartieron por todo el mundo y le conquistaron y le rindieron al Señor.
... san Francisco y sus compañeros hicieron profesión solemne en manos de su santidad (Inocencio III), el año de 1209, prometiendo la vida y regla evangélica; y san Francisco fue instituido por el mismo papa ministro general de la órden.
La Leyenda de Oro, tomo tercero. Vidas de todos los santos que venera la iglesia. Barcelona, Sociedad Editorial La Maravilla, MDCC LXVI, pp. 175-176.