Los siete dolores de la Vírgen, que comunmente considera la devoción y representa en las imágenes de nuestra Señora de los Dolores con siete agudas espadas que atraviesan su corazón, son los que se siguen. El primer dolor fue el que padeció María santísima cuando llevando á su Hijo á presentar al templo de Jerusalen, el santo viejo Simeon, con espíritu profético, le dijo que aquel niño estaba puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel... aludiendo á lo mucho que habia de padecer en la pasion y muerte de su Hijo. El segundo dolor, cuando mandó el ángel á san José que huyese con la madre y con el niño á Egipto... El tercer dolor, cuando subiendo María y José con Jesus, niño de doce años, al templo de Jerusalen, le perdieron por tres días... El cuarto dolor, cuando llegándose la pasión de su Hijo, le encontró en las calles de Jerusalen que llevaba sobre sus hombros la cruz en que había de ser crucificado. El quinto, cuando le vió crucificar. El sexto, cuando le bajaron de la cruz... El séptimo, cuando le quitaron de los brazos á su Hijo para sepultarle, y quedó en una total y tristísima soledad, ocupando los ojos solamente en llorar, pues no tenían ya en la tierra qué ver.
La leyenda de oro, vidas de todos los santos que venera la iglesia, cuarta edición, tomo primero, Barcelona, Sociedad Editorial La Maravilla, M DCCC LXV, 533.