Los pobladores aseguran que los volcanes, en particular el Popo, determinan qué persona de cada comunidad le servirá como interlocutor entre hombres y montañas. Este hombre no podrá negarse. Los elegidos deben ser muy celosos de su trabajo con los volcanes. De no haber guardado sus secretos para transferirlos únicamente a otros elegidos, el ritual no hubiera sobrevivido al catolicismo español y al mestizo, a la ideología liberal y a las cíclicas modernizaciones.
Los Volcanes y los hombres. Cuadernos de Extensión. Aurelio Fernández, Julio Glockner, Everardo Rivera. No. 3, mayo 2000, p. 11.