San Francisco de Asís y su dominio sobre las criaturas.


Dióle tambien el Señor gran dominio sobre las criaturas, las cuales le regalaban y le servian. Porque, considerando el santo como Dios hizo todas las cosas de nada, llamaba hermanos y hermanas á las criaturas por viles que fuesen, y especialmente á las que representaban á Cristo con su mansedumbre, como los corderos y ovejas. Una vez en Santa María de Porciúncula le dieron de limosna una oveja viva, y él la recibió de buena gana por ser símbolo de inocencia y simplicidad, y exhortó á que viviese en el convento... También en Roma tuvo san Francisco otro cordero á quien enseñó á asistir en la misa... Tambien muchas veces los peces, conejos y liebres se le venian á las manos y al seno y no se querán ir hasta que el santo les diese su bendicion. Caminando una vez por las lagunas de Venecia halló gran número de aves que cantaban en los matorrales y arbolillos, y dijo al compañero: Las hermanas aves alaban á su Criador; vámonos entre ellas y cantemos allí al Señor las horas canónicas. Fuéron á ellas, y las aves no se espantaron ni se movieron de su lugar... Con un halcon y un faisan le pasaron cosas admirables y propias de un varon á quien el Señor habia dado señorío sobre las aves y sobre todas sus criaturas...

Mas no es tanto de maravillar que las aves y las otras criaturas que tienen sentido obedeciesen á San Francisco, el ver que el fuego y las cosas insensibles se sujetasen á su imperio y voluntad.

La Leyenda de Oro, tomo tercero. Vidas de todos los santos que venera la iglesia. Barcelona, Sociedad Editorial La Maravilla, MDCC LXVI, pp. 181-182.