En las calendas de agosto, primero de dicho mes... en el año 1218... fue enviada de Dios desde el empíreo la Reina de los ángeles, María santísima, á la ilustre ciudad de Barcelona... visible y corporalmente en el punto de la media noche bajó, se apareció y manifestó á San Pedro Nolasco, empleado en fervorosa oracion y contemplacion... mereció oir de la misma boca de la Reina de los ángeles estas palabras: Yo, hijo, soy la Madre del Hijo de Dios, que por la salud y libertad del género humano derramó su sangre y padeció cruel muerte; vengo, pues, á buscar hombres, para que á ejemplo de mi Hijo pongan sus almas por la salud y la libertad de otras almas que no la tienen; y siendo esta la caridad más acepta á mi Hijo, será para mí muy agradable, si en honor mío se funda una religion, cuyos hijos con fe viva y verdadera y perfecta caridad, pues no la puede haber mayor, rediman á los cautivos cristianos del poder y tiranía de los turcos, y ofreciéndose ocasion, en que de otro modo no se puedan librar, se queden en rehenes por la libertad de los cautivos. Declárote, hijo, esta mi voluntad; porque te advierto que cuando tú con vivas lágrimas solicitabas por medio de la oración el remedio de los cautivos, recogias limosnas y los redimias, presenté yo tus súplicas á mi Hijo, el cual se dignó, para consuelo tuyo y para instituir esta religion, con especial título mío, bajase del cielo; y a ti, Pedro, te elegí, porque tú has de ser la piedra fundamental sobre la cual se ha de edificar esta mi religion.