Nuestra Señora la Conquistadora. Templo de San Francisco 2/2.


... autentificada desde el propio siglo XVI, cuando fray Juan de Rivas, guardián del monasterio de Tlaxcala, la quitó al cacique de Atlihuetzía: don Gonzalo Acxotécatl Cocomitzin, vasallo de Ocoteluluco, quien fue uno de los guerreros aliados que ayudaron al capitán extremeño en el sitio y caída de Tenochtitlan. En prueba de amistad y como agradecimiento, Cortés la entregó a Acxotécatl, quien se bautizó con el nombre de su padrino Gonzalo de Sandoval.

El bravo tlacatécatl solía sacarla a relucir en los nexcuitillis -bailes rituales festivos- empuñándola como trofeo, porque efectivamente así la consideraba. Las crónicas que hablan de la Virgen, soslayan deliberadamente el asunto de Acxótecatl, simplemente dicen que fray Juan de Rivas la tomó de su mano, para llevarla consigo hasta Chocaman, en sus anhelos misioneros, para luego depositarla en la iglesia de San Francisco de Puebla. Recordemos que Acxótecatl, de carácter déspota y pendenciero, tuvo líos con todo mundo, llegando al colmo de golpear a su hijo Cristóbal, porque le reclamó que ofrendara al dios del pulque. La golpiza dejó moribundo al muchacho, a quien mandó rematar sin escrúpulos y luego quemar el cadáver. Incluso el crimen siguió con su mujer quien le recriminó la acción filicida. Este Cristobalito es el Niño Mártir que recientemente beatificó el Papa Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe. Aparentemente gozaba de impunidad el cacique, hasta que mató a un español, siendo condenado a muerte; entonces fray Juan de Rivas incautó la imagen que le había obsequiado Cortés. Es por todo esto, una imagen histórica, además de los episodios de que fue testigo, por ser la más antigua imagen cristiana documentada en el país.

En su capilla estaba ya la santa imagen desde antes de 1582, cuando el templo grande se concluía.

Las iglesias de la Puebla de los Ángeles, Tomo I, Eduardo Merlo Juárez - José Antonio Quintana Fernández, UPAEP, Puebla - México, p. 232.