El fascinante mundo de Caila Osorio.

Reseña del Cd "Caila Osorio, historia de una mujer de Metepec" escrita por Ludmila Borisovna Biriukova.

No cabe duda que doña Caila está envuelta en lo maravilloso. La vida de esta mujer singular –auténtica sabia del pueblo, que nos habla del bien y del mal, sanadora, conocedora de la medicina herbolaria, intrépida en aprender las cosas nuevas– sólo puede ser comprendida, aunque de manera parcial, por quienes están dispuestos en confundirse en la magia de los espacios frágiles, borrosos entre lo real y lo imaginado. Entre la fantasía y la realidad. Un camino que exige audacia y, en innumerables ocasiones, nos proporciona el estremecimiento.
Originaria de San Andrés Calpan, la protagonista de los relatos (Micaela Osorio, 1910-2002) pertenece al mundo de la provincia mexicana. Su narración –un mosaico de microrrelatos– no encuadra en el acostumbrado concepto de un testimonio de vida, salta en el tiempo y en las historias que cuenta; de pronto nos lleva hacia los espacios de la revelación y la sorpresa, del conocimiento que tiene sobre su entorno y de la interpretación de sus recuerdos y sueños.

En los episodios que reúne el disco todo gira en torno al misterio de la vida y de la muerte, donde la fantasía, especialmente lo onírico, forma parte indisoluble de la realidad que doña Caila nos confía.

El tema es apasionante: un diálogo de un alma sensible consigo misma, reconstruyendo los paisajes del delirio y de la realidad; de una mezcla de tradiciones locales, regionales, campesinas con remanentes indígenas, el cristianismo popular, la magia; de sentimientos que reflejan la riqueza del espíritu, a la vez, espacios desolados que también tenemos que enfrentar. Y como para tanta gente, para Caila todo es cierto. Sin embargo, ella no es un personaje común, interactúa con Dios y con los animales que hablan, como el gato a quien considera el guardián del saber, y dice que dichosa será la casa que cuente con él.

El material incluido en este disco es diverso, por tanto el trabajo de Hilda Aguilar (historia oral) y Mercedes Aguilar (edición) es especialmente oportuno.